Una promoción – Los Sniks
Los Sniks estaban tan perdidos en mi memoria que si los he vuelto a encontrar ha sido de rebote.
La historia de este artículo es más o menos así. Encontré un sitio web dedicado al Magnetoscopio Musical, aquel programa de música que nos acompañó durante buena parte de los ochenta (les sugiero que lo visiten, ¡tiene hasta el tema musical de la intro!). Se lo comenté a un amigo a través del Messenger. Iniciamos una breve conversación acerca del programa. Quise confirmar el horario del programa, así que le pregunte, “El Magnetoscopio Musical lo ponían los domingos, después de los pitufos, ¿no?”. Me acordé de los pitufos. Entonces me acordé de la cantidad de imitaciones que salieron después del éxito de los pitufos, como los Snorkels, las figuritas de los Kinder Sorpresa, etcétera etcétera.
Pero descubrí que en mi memoria había un enorme vacío: sabía que había una imitación de los pitufos que había existido, pero no me acordaba ni cómo era su nombre ni cual era su aspecto. Sabía que habían sido una promoción de un producto muy popular… pero no me acordaba de nada más.
Tuve que estar pensando por un buen rato hasta que me acordé de un detallito. En el jingle televisivo de aquella promoción había una referencia a una canción de Charly García: “¡Estoy verde Sniiik!” Y no fue hasta AHÍ que me acordé de los Sniks, que de acuerdo con esta canción, eran verdes. Y poco después me acordé de otro trozo del jingle que decía, así, de corrido, “¡TomaCocaColaFantaSprite – Diet-Cocacola y gáaanalos!” y entonces fue como si encendieran la luz. Un momento después me puse a Googlear para revivir mi memoria, para ver cómo eran aquellos bichos y qué fue de ellos. Pero, querido lector, te voy a ahorrar ese trabajo mostrándotelos yo mismo.
Los Sniks fueron creados en Alemania por la compañia Bully, especialista en muñequitos de plástico de unos cinco centímetros de altura y que también fabrica juegos de construcción y animales de granja a escala, en el ya lejano año 1975. Habría que esperar hasta 1980 para que adquirieran su característica piel verde y sus ropas púrpuras. Oh, por cierto, en Europa y los EE.UU. se llaman ‘Astrosniks’, no ‘sniks’ a secas como se les conoció por aquí.
Los bichitos se hicieron muy populares en Alemania, por lo que Bully decidió probar suerte en el resto de Europa y los EE.UU., con una acogida más bien tibia hasta que en 1983 Mc Donald’s los incluyó como el juguetito de sus ‘Happy Meals’ (ignoro por qué no eligieron los pitufos, tal vez no llegaron a un acuerdo con los propietarios de los derechos), y tuvieron tanto éxito que la compañía hamburguesera lanzó otras dos series en el 84 y el 85. La típica invasión de merchandising -poleras, gorras y una historieta ‘oficial’ dibujada por un equipo de la editorial Bruguera- acompañó a las figuritas en su periplo por los mercados del hemisferio norte.
Sin embargo, acá en Chile ignorábamos la existencia de esos bichitos -por aquel entonces no había happy meals porque no había McDonald’s en el país- hasta que a Coca Cola se le ocurrió ‘importarlos’ alrededor de 1983 ó 1984 y usarlos como material promocional esperando repetir el éxito que habían tenido en los EE.UU.. Creo que había que juntar unas pocas tapitas -¡Ah, aquellas botellas de vidrio!- y canjearlas por una figurita en tu quiosco de bebidas. Por cierto, hay que ver qué útiles eran aquellos quioscos para las compañías de bebidas, no sólo servían para vender bebidas y golosinas sino que también podías canjear los premios y promociones sin tener que enviar cartas a ninguna parte, para beneficio de la compañía de bebidas, el quiosquero y el cliente -o clientito-. ¿Siguen funcionando como antes?
No me atrevería a poner la mano en el fuego, pero me da la impresión que los Snicks no tuvieron el éxito que Coca-Cola esperaba, a pesar de la promoción intensa que recibieron en la TV, y que los muñequitos eran bastante simpáticos… eeeh… había algo que no me gustaba en ellos. Tal vez fuera que, acá en Chile, el mercado de las figuritas tiernas con poses graciosas ya estaba copado por los pitufos -cosa que a mí me hacía pensar que los ‘sniks’ no eran más que una burda copia, con evidente lógica infantil-, o a lo mejor era que los muñecos tan estáticos no nos hacía demasiada gracia, pero el asunto es que… no tengo registros en mi memoria de haber jugado con alguno de esos muñecos…. Y tampoco recuerdo haberlos visto en el cuarto de ninguno de mis amigos… ¿Es acaso que yo y mis amigos éramos bichos raros o es que los ‘sniks’ no fueron el éxito que proyectaba Coca-Cola?
Por favor, amigo lector, sácame de la duda y dime si tú también los ignoraste olímpicamente, o si te convertiste en un ávido coleccionista de Sniks. Te doy permiso para lapidarme (virtualmente, claro) si esos muñequitos fueron lo mejor que salió de los 80 -después del helado Láser, porque no hay nada que supere al helado Láser- y yo, bobo de mí, he sido capaz de olvidarme total y absolutamente de ellos.