Expresiones de los cabros de los 80 (1 de 3)
Estimados amiguitos y amiguitas:
He estado desempolvando algunos de los recuerdos de mi nińez y me he encontrado con muchísimas frases que, sea porque ya están anticuadas, o porque ya no se aplican más en los círculos en los que me muevo, no he oído en mucho tiempo.
Por ello, he decidido hacer una serie de artículos dedicados a esas frases, expresiones y palabrejos que pertenecen al recuerdo, por lo menos en mi caso.
Ojo, no pretendo decir que todas estas palabras, tallas y frases sean necesariamente parte del pasado. Estoy seguro que muchos cabros de hoy en día siguen usándolas como parte de su slang colegial, e incluso puede que aún sean populares fuera del colegio. Esta es sólo una lista de palabras que, por la razón que sea, usaba a menudo en los ańos 80 y ya no uso, y, por ello, pertenecen a los recuerdos ligados a mi propia nińez.
Y, sin más preámbulos, vamos allá con las palabras.
Grosso: Se aplicaba a hechos u objetos realmente sorprendentes o destacables. La diferencia con ‘Taquillero’ (véase más abajo) radica en que una persona no podía ser ‘grossa’. Así, se solía decir, “tu papá tiene un auto grosso” o bien, “Y el Pititore Cabrera metió un grosso gol”. Solía acompańarse con las típicas expresiones de asombro de los cabros chicos, como el ‘oooooh’ que sube de tono paulatinamente y el “Zzzzzzzzzssh!” aspirado. Por cierto, grosso es una palabra italiana que significa ‘grande’ o ‘largo’. Lo cual tiene mucho sentido.
Aviva-brú: Usado inmediatamente después de que a alguien se le trabara la lengua con una palabra o frase. En la primera mitad de los ańos 80, hubo un jingle muy popular de jaleas Jelly en las que el ‘coro’ se oía más o menos así: Aviva-brú – Aviva-brú – Aviva-brubababrubababrú´. Por tanto, era el epítome perfecto para cuando a alguen se le lenguaba la traba o cometía un desaguisado lunguístico similar. Lo gracioso es que había gente que se picaba cuando se lo decían.
Daaaate: Palabra curiosamente fuera de conjugación usada por los cabros y cabras chicos para pedirle a otro que comparta la golosina que saborea. Habitualmente era precedida por un Ąaaaaaah! bajando el tono, y también era frecuente oír un “qué te cueeeesta”, sobre todo después de que el cabro poseedor de la golosina dijera que no por primera vez. Porque era lógico que el otro cabro siguiera insistiendo una y otra vez, “yaaaa pues”, “Daaaate”, “no seai cońete”. A veces, había suerte y caía algún pedacito de Super-8 o alguna papita frita, aunque la mayor parte de las veces el solicitante se iba con las manos vacías y más hambre que la que tenía antes.
Cómprate un auto Perico!: Talla gritada a los ciclistas desde la seguridad de la liebre escolar en movimiento, y que cuando se es chico te hace partirte de risa, pero que no serías capaz de decirle al ciclista cara a cara, en la calle, y sin un grupo de cabros chicos que te respalde. La paradoja de esta frase está en que los que la dicen son cabros chicos, y por tanto, sin acceso a un auto. El origen de esta expresión proviene una vez más de una propaganda, en este caso de un banco, en la que un pobre oficinista era agraciado con esa expresión hasta que al final conseguía un préstamo y se compraba un autito.
Chún!: Abreviación del Ca-Chi-Pún, o ‘piedra, papel o tijera’ usado casi siempre entre dos cabros chicos a tres rondas para establecer quién empieza un juego, sea un partido de fútbol-patio, una partida de cartas o cualquier otro evento similar. Cuando yo era realmente chico, 5 ó 6 ańos, el ca-chi-pún consistía en un juego en sí mismo, pero a medida que fui creciendo fue relegado en nuestros roles como un sustituto del cara o sello. A medida que crecíamos, nos hicimos super kapos con el tema, y éramos capaces de ‘hacer chún’ varias veces por segundo. Así, era habitual escuchar en el patio de mi colegio unos rapidísimos “ĄA la tercera! żYa? ĄYa! ĄChún! ĄChún! Ąunocero! ĄChún! Ąunoauno! ĄChún! Ądosuno! Ąchún! Ya, parto yo”.
Creerse la muerte: Fúnebre expresión que significa que la persona a la que se hace referencia es soberbia. El hecho de creerse la muerte puede ser de nacimiento, como en el caso de los minos, que se saben apreciados; o bien circunstancial: “Desde que sus papás le compraron el Atari se cree la muerte”. La verdad sea dicha, no entiendo cómo fue que para reflejar la soberbia la cultura popular infantil eligiera la muerte, habiendo tantos otros ejemplos de prepotencia a mano, como los argentinos, los seleccionados para la Roja o Los Prisioneros. Pero así fue, y así pasó a la historia.
Él fue, yo lo vi: Expresión coral repetida por los compańeros de curso de un cabro que, ya sea por mala suerte, torpeza o rabia rompe algo. Por tanto, esta frase es siempre precedida por un ĄCRAS!, al que sigue un “oooooh” que va in crescendo a medida que más voces se unen a la exclamación y que llega al momento álgido con la expresión destacada en este ejemplo. La víctima de esta frase, en ese momento, se sentirá terriblemente humillada y aislada, y no podrá acusar a nadie de acusete porque es todo el curso, o bien la mayoría, la que está realizando la acusación.
Galletas McKay, más ricas no… ĄAY!: Slogan publicitario que se convirtió en talla. La talla consistía en decir la primera parte de la frase a la desprevenida víctima y pellizcarle el brazo o pisarle un pie para que dijera el ‘ĄAY!’ final. Por tanto esta talla sólo se le hacía a aquellos que eran más chicos que uno. El único fallo que tenía es que no todos se quejaban con un ‘ĄAY!’ al final del pellizco o pisotón, algunos no decían nada, otros decían “ĄAu!” o “ĄOye!” o bien te respondían la broma con un combo que te dolía más que el pellizco o pisotón. Por ello, la talla no fue demasiado popular.
Jaaaa.Te quedaste con cuello: Expresión usada para indicar el fracaso en la tarea que uno lleva a cabo, casi siempre pedir algo. Como por ejemplo, el rogar con un ‘daaaaate’ para que alguien te de un poco de la golosina que paladea. Si no me equivoco, la frase original era ‘te quedaste con cuello camello’, pero fue acortada a posteriori a la expresión que vemos en este ejemplo. Cosa a mi entender insólita, porque me parece más grave el quedarse SIN cuello. Es probable, sin embargo, que la frase hiciera mención a esos suéteres de cuello alto que tan populares eran en los ańos 70, como nuestra mascota nos ilustra tan contento a la derecha de este texto, en los que a nuestras madres les encantaba encajarnos cuando llegaban los fríos del invierno.
Se te pica: El peor insulto que se le puede hacer a un cabro chico es el declararlo como un cobarde. Al decirle ‘se te pica’, lo que se está diciendo es que es demasiado cobarde para hacer algo supuestamente choro pero que implica un cierto riesgo, como por ejemplo el ser pillado por un profesor, la mamá o alguna otra autoridad. Por tanto, el origen de muchos accidentes de nuestra inquieta infancia están relacionados con esta interjección.
Y, por ahora, ya está. Pondré más expresiones, interjecciones y frases diversas cuando termine con el siguiente lote y haga las ilustraciones. Ah, si tienen palabrejos similares que mi memoria no recuerde, por favor, ańádela en la lista que estoy haciendo en el foro y así lo poblamos un poco, que está muy vacío. ĄHasta luego!