Los personajes más idiotas de los monitos animados – Gleek

¿Quién se acuerda de Gleek? ¿No les suena ese nombre?

A ver, hagamos un poquito de memoria. Retrocedamos en el tiempo hasta hace unos 25 años, antes incluso de que llegaran las series con merchandising incorporado a Chile. Sí, sí, antes incluso que He-Man, los Cariñositos y los Pitufos. ¡Qué epoca tan salvaje y atrasada!

Encendamos la televisión y pongamos el canal Siete -en Santiago- a eso de las once y media de la mañana, para ver el ‘matinal infantil’. Ahí está. ponen monitos animados de Hanna-Barbera.

Fíjate, están poniendo los Superamigos. Detengámonos un momento en ese show. La mayor parte de los personajes son muy familiares porque son los superhéroes de la DC. Por cierto, me cargan los superhéroes con su aire de superioridad y sus superpoderes y sus superegos. Pero, eh, olvidémonos de mis manías y veamos la introducción del programa. Ahí aparece Superman, SIEMPRE con los brazos en jarra, como diciendo “aquí estoy yo”. Y Batman y Robin. No sé por qué narices Robin nunca usa pantalones, qué cabro depravado. A lo mejor el depravado es Batman. Aj, dejémoslos de lado. También está la Mujer Maravilla y Aquaman. Todos personajes famosos dentro del mundo de los comics USA. Bueno, tal vez Aquaman no lo sea tanto, pero eso no importa.

¡Fíjate! ¡Hay una pareja de adolescentes que se parecen demasiado al mister Spock de Star Trek! Se llaman Zan y Jayna, y son los ‘super-mellizos’. ¿Y de dónde salieron? ¿qué pintan en ese show? ¿Hacen algo interesante? Hmmm, más bien no, sus superpoderes son ridículos. Ella se transforma en un animal y él en… agua. O hielo. O vapor. O cualquier cosa relacionada con el líquido elemento… como… una antena parabóloca de hielo. Algo es algo.

¿Y qué es esa cosa chillona que está con ellos, con esa sonrisa estúpida, que se parece a una versión azul de los sniks? ¿Un mono? Síii, un mono azul. No un gorila o un orangután, nooo. UN MONO. y además, AZUL.

Pues ese es Gleek, mi querido lector. Otra más de las atrocidades con la que Hanna-Barbera nos obsequió en los 70 y 80, otro de los candidatos al trofeo de personaje más idiotas de los monitos animados, con tantos méritos o más que Scrappy Doo para ganar.

¿Y qué hace un mono azul combatiendo el crimen (jaja, jejeje) al lado de nada menos que Superman? Si quieren, les cuento.

Todo empezó en 1960, cuando la DC comics presentó un comic-book llamado “Justice League of America”, protagonizado por un equipo de superhéroes, similar al que la Marvel lanzaría poco después con el título ‘the Avengers’.

En 1973, la productora de dibujos animados Hanna-Barbera adquirió los derechos de los personajes de la DC, y presentó al canal ABC la serie “Super-Friends”, basada en ese cómic. El canal aceptó y la serie estuvo en el aire hasta la temporada 85-86, con cambios notables en su elenco a lo largo de su historia.

Para ajustarse a los estrictos cánones impuestos a la televisión infantil estadounidense a partir de los años 60, Hanna-Barbera rebajó la violencia e introdujo personajes con un propósito eminentemente cómico. Entre 1973 y 1976, por ejemplo, este rol recayó en los “super-amigos junior”, que consistían en una chica lista, un adolescente larguirucho y medio bobo y un perro cobarde que…

…bueno, sí, personajes calcados de Wilma, Shaggy y Scooby doo, que Hanna-Barbera introdujo esperando repetir el éxito de esa serie. Pero fueron reemplazados en 1977 por los super-mellizos cursis y su mono espacial, que continuarían en el elenco hasta 1983, para tormento de la audiencia.

Me acuerdo con claridad que tanto Gleek como sus dueños Zan y Jayna eran inútiles e incompetentes, y además sus chistes -porque estaban para eso, para contar chistes- no hacían gracia. Acá tienen un ejemplo en RealVideo que encontré en una página que ridiculiza a los super-amigos. Cada vez que la narración se detenía en ellos tenía la misma sensación que tendría si un gordo se cruzara en la pantalla y me tapara la pantalla, y me ponía impaciente esperando que la atención volviera a los superhéroes ‘de verdad’.

Siempre anhelé que llegara un episodio en el que los verdaderos superamigos se pusieran de acuerdo y les dieran una super-paliza a los tres, pero sobre todo al mono-payaso Gleek, por estúpido y fome, y que luego los pusieran en órbita alrededor de Saturno de una patada en el trasero. Pero ese episodio nunca llegó, y se convirtió en un trauma de mi niñez, que ha persistido hasta que encontré este dibujito de Frank Cho:

Y ahora les tengo que dejar. Escribir acerca de personajes tan infames me deja deprimido, así que voy a ahogar mis penas emborrachándome con la bebida ‘Free’.